EL LENGUAJE DE LA LUZ
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La luz intensa provoca energía,
mientras la luz suave puede dar sueño.
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Un exceso de luz intensa puede
producir deslumbramiento, y con ello fatiga y dolor de la vista. El exceso de
la luz puede estar dado por varios factores, tanto por una mala colocación del
artefacto, como por excesivo contraste entre luces y sombras.
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La luz cálida tiende a relajar y
hacernos sentir a gusto, mientras que la luz fría nos tranquiliza.
ALGUNAS IDEAS EN LA ELECCIÓN DE
LÁMPARAS:
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Las luces de lectura o trabajo
corresponde colocarlas a la izquierda si la persona es diestra o a la derecha
si en cambio es zurda. En ambos casos lo ideal es acompañarla con una luz
general suave para evitar deslumbramientos.
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Las lámparas de mesa y de pie conviene
comprarlas luego del resto de la decoración, teniendo en cuenta su altura y
volumen.
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Las lámparas de pie suelen ser más
flexibles en decoración que las lámparas de mesa. Una lámpara de pie puede
moverse por la habitación o cambiarla de lugar, casi sin problemas.
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Utilice lámparas con brazos y/o altura
regulables; esto le dará una mayor flexibilidad.
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Tenga en cuenta además que las
paredes, objetos, texturas, superficies y telas claras aportan luminosidad.
CONSEJO
A veces uno se entusiasma por la
belleza de una lámpara de pie o de sobremesa, y la compra sin pensar en el
efecto de su luminosidad. Una lámpara siempre debe ser tan funcional como
decorativa, debe proyectar la luz necesaria tanto para trabajar como para leer
así como darle un aspecto confortable a la habitación.
Otra cuestión donde mucha gente suele
equivocarse es en la altura y en la posición de las lámparas. Una buena regla
general para la posición de una lámpara de sobremesa es que el borde inferior
de la sombra debe estar al nivel de la vista cuando esté sentado en una butaca
(lo cual equivale a unos 97-107 cm del suelo).
Para las lámparas de pie se calcula
una altura 102-123 cm del borde inferior de la sombra hasta el suelo. Para
leer, la lámpara debe estar detrás del hombro del lector.