COLGAR CUADROS
Según algunas encuestas recientes, el trabajo de bricolaje que más hace la gente es colgar cuadros. Y es lógico. Quien más, quien menos tiene algún cartel, fotografía, lámina o cuadro pintado a mano que quiere colgar en sus paredes para decorar la casa y tener a la vista.
Para colgar los distintos cuadros, y dependiendo del tipo de pared, peso del cuadro o la decoración de las estancias, hay varios sistemas.
- Cuelga-fáciles. Son el más empleado y sencillo de colocar. Se trata de unos pequeños accesorios que se colocan simplemente golpeando con el martillo una punta muy fina que sobresale. Disponen de un artilugio que sirve para sujetarlos sin golpearnos los dedos, y soportan hasta 40 kilos de peso.
- Escarpias y tacos de expansión. Para paredes demasiado duras (donde no se pueda clavar nada, como por ejemplo las de hormigón), hay que hacer un agujero con el taladro, introducir un taco a la medida y colocar una escarpia resistente. Este sistema también es válido para cuadros o espejos muy pesados, y es recomendable colocar dos. Los objetos deben llevar atornilladas unas hembrillas que servirán para colgarlos de las escarpias.
- Velcro. El velcro puede ser una estupenda ayuda para “pegar” fotografías enmarcadas o pequeños cuadros que no pesen mucho, sin hacer agujeros y de forma fácil y rápida. La cinta de doble cara también sirve (excepto en gotelé), aunque cuando queramos pintar nos resultará muy difícil de quitar.
- Zócalo o friso con balda. Una opción muy elegante es forrar la parte inferior de la pared con un zócalo o friso de listones de madera machihembrados, y rematarlo por su parte superior con una balda estrecha (entre 5 y 10 cm, dependiendo del grosor de los cuadros) donde apoyaremos los cuadros. Una solución muy original.
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